Teresa Rossell nos presenta “Trabajo Social de grupo: Grupos socioterapéuticos y socioeducativos”, un artículo completísimo, en el que hace un repaso histórico sobre la intervención con grupos además, de un análisis exhaustivo donde profundiza todos los aspectos que rodean a este tipo de intervención: tipos de intervención grupal, hipótesis, finalidades, objetivos, criterios organizativos que se deben tener en cuenta, fenómenos que los afectan y función del trabajador social como dinamizador o guía de estos procesos.
Antes de comenzar, creo que es importante destacar que aun que Teresa habla en todo momento de la figura del Trabajador Social como agente de intervención con grupos, en la actualidad, son muchas las figuras que ejercen este rol en la sociedad: educadores sociales, psicólogos, animadores socioculturales, integradores sociales, dinamizadores, voluntarios, terapeutas, etc.
Comenzaremos este síntesis del articulo de Teresa R. definiendo qué es el trabajo con grupos, para ello nos apoyaremos en la definición que nos aporto G Konopka en 1963: “método de trabajo social que ayuda a los individuos a mejorar su funcionamiento social a través de experiencias constructivas de grupo y a enfrentarse con sus problemas personales, de grupo y de comunidad”.
Las primeras experiencias en el trabajo con grupos nacieron a partir de la práctica en EEUU y fue este, el germen que más tarde daría lugar aun método de trabajo profesional sustentado en referentes teóricos de peso. Fue a partir de que estas prácticas se fueran sistematizando que se establecieron finalidades comunes, criterios de organización, valores comunes y métodos para la conducción de grupos que le confirieron su carácter profesional y permitieron que se establecieran sus bases teóricas. Método de trabajo que no llego a Europa hasta los años 60.
En nuestro país, en 1995 (Bilbao), se realizaron las Jornadas Nacionales de Trabajo Social y Salud, donde se actualizaron y clasificaron las tipologías de trabajo con grupos todavía hoy aceptadas:
- Grupos socioterapéuticos: Sirven para trabajar sobre aquellos aspectos que producen sufrimiento y/o les impiden desarrollar sus capacidades, afectos, relaciones y responsabilidades sociales. Busca el desarrollo de las capacidades para enfrentarse consigo mismo y con el entorno.
- Grupos socioeducativos: Se dirigen al desarrollo y adquisición de habilidades, comportamientos y funciones que por distintas causas no forman parte del repertorio comportamental de los miembros. Es decir, de sus habilidades sociales. Pueden representar un progreso personal o bien, evitar un proceso de deterioro y marginación.
- Grupos de acción social: Su finalidad es conseguir objetivos sociales. Van más allá del beneficio que puedan conseguir los propios individuos que constituyen el grupo.
- Grupos de ayuda mutua: Se caracterizan por la no participación de profesionales. Ofrecen a sus miembros apoyo mutuo para “conllevar” o “superar” situaciones que les afectan.
Teresa Rossell nos muestra que entre las hipótesis más aceptadas, que sirven para asentar las bases de los referentes teóricos que fundamentan el trabajo en grupo, podemos encontrar las siguientes:
- La estructurante experiencia de grupo puede ayudar a los participantes.
- la pertenencia a un grupo cuyos miembros tienen necesidades similares puede facilitar la identificación y el apoyo mutuo.
- Las diferentes actitudes, conocimientos o estilos de vida pueden ser una referencia para cada miembro y motivo de cambio. Las actitudes y comportamientos pueden modificarse con mayor facilidad.
- Favorece el sentimiento de pertenencia asi como el desarrollo de relaciones sociales.
- La pertenencia a un grupo y su ambiente contenedor permite la expresión de sentimientos.
- Cada miembro con su presencia y participación pueden ser fuente de ayuda para los demás.
- Los cambios que se producen a través de él tienden a ser más consistentes.
A partir de las hipótesis planteadas sobre los beneficios que proporciona un grupo a sus participantes se establecen las finalidades. Estas serán concretas para cada tipo de grupo. Sin embargo, todos los grupos comparten en común la finalidad de dirigirse a potenciar a los miembros en su capacidades. Es decir, ampliar los horizontes de de las personas del grupo. Para ello, se trabajará a través de objetivos específicos generales a todos los grupos y que Teresa R. nos enumera a partir de varios autores. En esta recensión expondremos los propuestos por N. Kisneman:
- Restauración de las relaciones sociales
- Provisión de los recursos sociales y personales
- Prevención de los problemas relacionados con las interacción social
En cuanto a los criterios organizativos que se deben tener en cuenta con el trajo en grupos, Rossell analiza los siguientes aspectos:
- Características de los miembros: Debe tenerse en cuenta si va dirigido a un público en concreto limitado por la edad, sexo, etnia, cultura o circunstancias personales
- Tamaño del grupo y apertura del mismo: Teresa nos propones como numero idóneo para la intervención entre 6 y 12 participantes y nos aporta los siguientes rasgos a analizar en cuanto a su formación en número: No debe ser tan pequeños que los miembros no puedan aprender unos de otros. ni tan grande que sea difícil mantener una atención del conjunto y se produzcan subgrupos difíciles de manejar, debe determinarse si serán siempre los mismos participantes o si estará abierto a otros nuevos.
- Duración y frecuencia: Este rasgo estará estrechamente relacionado con los objetivos particulares del grupo.
- Técnicas de grupo: En este punto Rossell Poch distingue en tres tipologías diferentes de intervención: Técnicas directivas (El profesional dinamiza el grupo con el fin de conseguir determinados efectos), técnicas no directivas (permite la libre expresión y el profesional conduce el proceso a partir de los fenómenos que en el se producen), técnicas semidirectivas (El grupo introduce su programa de actividades a realizar y es a través de esto que se canaliza la dinámica del grupo para la consecución de sus objetivos).
- Evaluación: Deben plantearse como resultados para cada miembro en términos de mejora, resultados del grupo en termino de objetivos, y resultados del proceso metodológico seguido.
Teresa en su artículo también nos muestra algunos fenómenos grupales a los que el trabajador social debe prestar especial atención: 1. Debe estar preparado para la expresión de sentimientos, dificultades, dudas, emociones, actitudes, etc. 2. Debe favorecer las dos tareas en paralelo que deberá ir ejecutando el grupo, la tarea de crecimiento y desarrollo grupal y la de consecución de los objetivos. 3. También deberá tener cuidado con los reclamos y situaciones de dependencia que puedan darse o pretenderse en el grupo. 4. Por último, debe prestar atención a las fases de vida grupal por las que ira atravesando el grupo.
Para terminar con su exposición, Teresa Rossell, analiza las funciones que tendrá el del trabajador social de cara al grupo:
- Ayudar al grupo a conseguir sus objetivos
- Conducir el grupo y no sucumbir a la presión del mismo que tratara de convertirle en un miembro más para eludir el esfuerzo del trabajo.
- Debe facilitar la integración de los participantes
- Ayudar a superar los conflictos que se producen entre los individuos y en el grupo.
- Mantener su posición de líder o conductor en los grupos socioterapéuticos y socioeducativos y saber retirarse cuando aparecen nuevos líderes en los grupos de acción social.
- Debe valorar la asistencia y la participación, el esfuerzo de los miembros del grupo, debe reforzar el autoestima, la solidaridad, y la responsabilidad sus vidas y en el grupo.
Este texto nos nuestra un recorrido exhaustivo sobre el trabajo con grupos. La autora ha logrado sintetizar en su artículo todos los detalles que han dado forma a este método de trabajo, siendo clara y concisa, y situándonos desde los parámetros más históricos a los aspectos más puramente metodológicos, pragmáticos, que sirven de guía y orientación para cualquier profesional que desee trabajar desde este modo.
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