sábado, 27 de diciembre de 2014

Trabajo Social con grupos y pedagogía ciudadana: Cap. 3 (Teresa Zamanillo)

En este tercer capítulo del libro “Trabajo social con grupos y pedagogía ciudadana”, Teresa Zamanillo entra a explicarnos con mayor profundidad la Teoría de Dinámica de Grupos de la mano de kurt Lewin y la Teoría Psicoanalítica desde Freu, Bion y Anzieu. Es decir, las teorías del tercer nivel o teorías de acción e investigación.
Teoría de campo de kurt Lewin:
Curt Lewin fue el pionero en el estudio de los grupos pequeños y fue él quien acuño en nombre de “Dinámica de Grupos” para designar la metodología de investigación activa o investigación-acción. Esta metodología parte de la idea de que la intervención está ligada a la investigación, ya que ésta se nutre del dialogo entre teoría y práctica.
El termino “dinámica de grupos”, concretamente, hace referencia a un método de estudio que se centra en explicar el funcionamiento de un grupo como un sistema de fuerzas en interdependencia.
Uno de los intereses de Lewin cuando comienza con el estudio de grupos, es comprender el cambio social. Y es aquí donde acuña el término “resistencia al cambio social” que significa: conflicto de fuerzas en oposición, que se mantienen en equilibrio. Los autores de esta corriente dicen, que para modificar este estado, es preciso aumentar intensamente una de las fuerzas o disminuir la intensidad de la otra. Y especifican que uno de los mejores métodos guiados es por medio de métodos de discusión.
Según nos expresa Zamanillo, los postulados básicos de esta teoría son los siguientes:
  • “La conducta de los miembros de un grupo es el resultado de la totalidad de los hechos coexistentes”
  • “Estos hechos coexistentes tienen el carácter de un “campo dinámico” en la medida en que el estado de cualquier parte del campo depende de todas sus partes”
En esta teoría Lewin destaca que lo que importa al observador científico  son los significados que tienen las cosas y los sucesos para los individuos, o dicho de otro modo, lo importante no son los hechos en sí mismos, sino como son percibidos por los sujetos (su subjetividad). En palabras de Lewin “(…) que el campo que influye sobre un individuo se describa no en términos “fiscalistas de los objetos”, sino de la manera en que éste existe para la persona en ese momento”
Algunas características importantes de esta teoría son:
  • La dinámica de grupos es el resultado de una energía desarrollada entre los integrantes y que se expresa a través de las relaciones que se producen entre ellos y las actividades que realizan.
  • En todos los grupos existen fuerzas contradictorias que se mueven en interjuego dinámico: unas favorecen la cohesión grupal y otras la dificultan. Estas fuerzas provocan que el grupo se mantenga en estado de tensión entre positivo y negativo, esto moviliza al grupo y a su vez, lo mantienen en un estado de equilibrio.
  • Concepto de “campo en un momento dado”: No se refiere a una situación sin conexión temporal, sino a un cierto periodo de tiempo. Es decir, el individuo que pertenece a un grupo no solo ve su situación presente, sino que tiene percepciones acerca de su futuro y de su pasado que aun siendo incorrectas, constituyen su espacio vital y su nivel de realidad. Es importante destacar, que la perspectiva temporal cambia continuamente y se va adaptando a los nuevos cambios que se producen.
  • Aprendizaje, “hacer algo mejor que antes”, existen 4 tipologías:
  1. A. como cambio de estructura cognitiva (conocimientos)
  2. A. como cambio en la motivación (sentir agrado o desagrado)
  3. A. como cambio  en cuanto a la pertenencia a un grupo cultura y sus valores o al cambio de ideología, o al crecimiento en una cultura
  4. A. como control voluntario de los aspectos físicos (musculatura) y de la adquisición de habilidades (leguaje, autocontrol)
Para Lewin era especialmente importante “el aprendizaje como cambio de valencias y valores” y en concreto haciendo prevalecer la idea de democracia sobre la de autocracia. Él otorgaba los siguientes valores o significados al concepto de democracia: 1) que la persona se sirva de sí misma sin dejarse llevar pasivamente por fuerzas impuestas; 2) Ser capaz de establecer algunos valores ideológicos; y 3) Conocer cierta técnicas como  la toma de decisión en grupo.
Por último, teresa Zamanillo, termina por recordarnos el concepto más transmitido sobre la teoría de grupos, conocido como axioma: “El grupo es un todo cuyas propiedades son diferentes de la suma de las partes, de esa forma, modificando un elemento se modifica todo el conjunto”.
Según la formula de la T-grupo en un grupo se deben observar las siguientes cosas: conductas y conversaciones. Y debe caracterizarse por los siguientes elementos: ausencia de lazos previos, diversidad, el número ideal debe ser entre 8 y 12, no directividad y debe costar de reuniones consecutivas.
Los grupos de orientación freudiana:
Desde la prospectiva del psicoanálisis, como ya nos ha ido ilustrado Teresa en otros capítulos también nos enmarca el cómo trabajar con grupos. Para ello en este capítulo, comienza por aproximarnos a algunos conceptos de esta corriente, a través de Freud, que sirven para un mejor comprensión de la misma.
Teresa comienza por hablarnos del Yo. El Yo “se constituye cono un aparto de regulación y de adaptación a la realidad”. Es un mediador que ha de atender exigencias contradictorias: el Ello y el Superyo. El ello conforma los deseos primarios y reside en nuestro inconsciente, es el elemento de mayor peso en nuestra infancia. Y el Superyo, es el marco de la realidad, el sistema al que nos sentimos obligados a pertenecer.
El Yo desde nuestra infancia, y a pesar de ser débil, endeble y poco diferenciado del ello, debe tratar el peligro pulsional como si se tratase de un peligro externo del que ha de defenderse, al no poder huir, las reprime en el inconsciente. Al no haber sido satisfechas dichas pulsiones y haber sido reprimidas, en la edad adulta irrumpen en el yo y en la conciencia de forma desfigurada hasta volverse irreconocibles, a esto le llama “síntoma neurótico”. Estas neurosis,  producen dificultades para entrar en contacto con la realidad y regular las relaciones con los demás.
Para mantener manejar estos síntomas neuróticos desarrollamos “mecanismos de defensa” que no resuelven la pulsión pero que limitan los síntomas. Teresa nos comenta que los profesionales, deben conocer e identificar estos mecanismos de defensa ya que son susceptibles de aflorar en el grupo y debemos poder manejarlos. Estos la autora en base al psicoalasis nos enumera los siguientes mecanismos de defensa:
  • Negación: Se niega la información desagradable para apartar los estímulos displacenteros.
  • Racionalización: Consiste en dar una explicación lógica o coherente que oculte las verdaderas razones de la conducta, pensamiento o sentimiento de forma que se evite el conflicto de enfrentarse a los verdaderos motivos que lo movilizan.
  • Proyección: Atribuir a objetos externos, características, intenciones o motivaciones nuestras y que no somos capaces de ver en nosotros.
  • Introyección: Aplicarse a uno mismo características o cualidades del exterior que consideramos convenientes o positivas.
  • Formación reactiva: Comportarse forma opuesta a los sentimientos reales del individuo
  • Aislamiento: Aislar un pensamiento o un comportamiento rompiendo las conexiones con otros pensamientos
  • Represión: Rechazar la manifestación de la pulsión en la conciencia
  • Inhibición: Déficit de una función o conducta para evitar el conflicto de la ambivalencia
  • Resistencia: El sujeto obstaculiza el cambio o la curación e impide el trabajo terapéutico.
A continuación la autora, nos presenta a Bion y su enfoque psicoanalítico, siendo este el primero en trasladar las reglas del tratamiento individual a grupos. Esta primera experiencia la realizo en un hospital psiquiátrico militar.
Para trabajar en este campo Bión se plantea la siguiente hipótesis de trabajo para relacionar a un grupo que presenta desorganización en sus relaciones interpersonales con un coordinador: a) la presencia de un enemigo o peligro común y b) la presencia de un oficial que respete la integridad de sus hombres y no tema su simpatía y hostilidad. Para su buena gestión Teresa nos recomienda compromiso y distancia.
Otro hallazgo importante que se convirtió en su objetivo de trabajo fue la necesidad de disciplina dentro del grupo para poder hacer entre todos “un esfuerzo planeado para descubrir las fuerzas que en un grupo llevan a una fácil actividad cooperativa”. Para ello, se plantea que la labor del coordinador “consiste en producir hombres que se respeten a sí mismos, socialmente adaptados a la comunidad y que en consecuencia, acepten voluntariamente sus responsabilidades tanto en tiempos de paz como de guerra”
Por otro lado, Bion, relaciona la neurosis de grupo con un desorden que existe también en el seno de las sociedades. Y que se traduce en una carencia en formar parte de la toma de decisiones y en las actividades sociales dando como resultado “un conjunto de holgazanes”.
En el caso de la sociedad, considera, que aún no ha manifestado necesidad para tratarse y por tanto que no tiene conciencia de su neurosis (no tieneinsight). En definitiva, cree que no necesita ser tratada. Segun nos dice Zamanillo, “la capcidad de adquisición de insight es un objetivo fundamental de la intervención con grupos pequeños, para alcanzar una ciudadanía madura en la que los sujetos puedan reconocer sus puntos débiles para la cooperación”.
Otro punto destacable de la experiencia de Bion responde a lo que para él son las características de ” un buen espíritu de grupo”:
a)      Propósito común
b)      Reconocimiento de límites, posiciones y funciones respecto a otros grupos
c)       Capacidad de absorber o perder miembros sin que se deteriore el espíritu de grupo
d)      Valoración individual de cada miembro por su aportación al grupo
e)      Capacidad de afrontar conflictos internos.
Bión, también acuña el concepto de mentalidad grupal. Para él una mentalidad grupal es aquella que “(…) actúa como recipiente de todas las contribuciones anónimas que se hacen , y a través de la cual se gratifican los impulsos y deseos implícitos en dichas contribuciones”. En este sentido, Bión, distingue tres hipótesis en los grupos dominados por la mentalidad grupal:
  • El grupo de trabajo: Son grupos con una gran capacidad de cooperación, su estructura psicológica es poderosa, están ocupados en la realidad y tiene la necesidad de evolucionar. Igualmente, existe la posibilidad de que el grupo se pueda perder en una fantasía colectiva
  • Grupo de dependencia: Son grupos caracterizados por sentir miedo. “El temor es la suprema virtud de individuo dentro del grupo”. Tienen gran dificultad para enfrentar sus propias dificultades emocionales y no son capaces de darse cuenta que en el grupo hay una persona responsable por completo de todo lo que sucede, “una especie de Dios”. El sentimiento de seguridad está ligado con sentimientos de inadecuación y frustración. El grupo siente malestar generalizado y piden al coordinador que sea quien resuelva su situación, este por el contrario se suele sentir sobrecargado y tiende a pensar que está pidiendo demasiado al grupo. Tienen la necesidad de liderazgo pero son incapaces de darse cuenta debido a que la alta ansiedad nubla el juicio del mismo. Se caracterizan también por falta de madurez en las relaciones individuales y en la ineficiencia con otros grupos.
  • Supuesto de Ataque- Fuga: “(…) la seguridad resulta moderada por la exigencia de coraje y autosacrificio que hace el grupo”. Son grupos asentados en la idea de que hay un enemigo externo, por lo que lo importante es la supervivencia del grupo no de sus individuos. Pueden vivir en un permanente conflicto grupal en relación a los problemas de poder y de reparto de liderazgo.
Para terminar el Capitulo Teresa Zamanillo nos presenta a Anzieu. Este autor nos presenta el concepto de “ilusión grupal” y del “Yo ideal”. El Yo ideal funciona como un ideal de omnipotencia narcisista, en el cual el sujeto quiere mantener una relación de fusión a modo de las primeras identificaciones. Y la ilusión grupal procede de la sustitución del Yo ideal de cada uno por un Yo ideal común.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Trabajo Social con grupos y pedagogía ciudadana: Cap. 2 (Teresa Zamanillo)

El segundo capítulo recalca la importancia de la disciplina del trabajo social y de la teoría de grupos. Podríamos decir que encuentra se encuentra subdivididos en dos grandes ejes. El primero, nos habla de la importancia de la base teórica sistematizada y bien fundamentada a través de la investigación en la disciplina del trabajo social, y en mi opinión en todo el tercer sector. El segundo, nos aporta unas pinceladas sobre las teorías de primer nivel para el análisis de los grupos.
Teresa Zamanillo comienza el capitulo, haciendo una crítica a las bases teóricas que fundamentan el trabajo social. Para ello, se sirve del discurso de diversos autores que afirman que esta disciplina, no está cimentada en referentes teóricos basados en la investigación científica. Ella misma dice, “a esta profesión en particualar, el cáracter de su actuación (…) le ha dado una dimensión centrada principalmente en la práctica y en la urgencia en la resolución de los problemas a los que se enfrenta, por lo que ha estado más alejada de la evolución de las ciencias sociales”.
Diferentes autores, se ponen de acuerdo en que el trabajo social y las disciplinas del tercer sector fundamentan su metodología y su intervención en los conocimientos extraídos de la práctica. Sin embargo esto no es suficiente para asentar referentes, verificar, sistematizar y transmitir con rigor. Entre otros autores que se han pronunciado ante este tema, Noel y Timms dicen “el conocimiento por la experiencia, el conocimiento intuitivo y el sentido común, han desplazado en el trabajo social el conocimiento basado en la teoría”; Teresa Rossell aporta “Existen importantes dificultades para sistematizar para sistematizar y codificar la información que se utiliza, así como constatar, verificar y transmitir con rigor los datos que se obtienen”; y Peter Leonard “el trabajo social es una disciplina profesional  que tiene su propio cuerpo de conocimiento basado en la práctica, pero no confirmado científicamente”.
Teresa, resume su crítica hacia la falta de referentes teóricos con una frase que lo dice todo por si sola: “No actuar antes de comprender”. Y la compresión requiere de explicaciones, y las explicaciones de un análisis fundamentado. “el dialogo, entre la teoría y la experiencia, es ineludible para la definición de la realidad social, y para el progreso del nuevo conocimiento”
Como ya he dicho, en la segunda parte de este capítulo, la autora, nos invita a conocer las teorías de primer nivel para el análisis de los grupos. Estas teorías abarcan 4 enfoques: Interaccionismo Simbólico, Psicoanálisis, Teoría Critica, y Teoría de Sistemas:
  • Interaccionismo Simbólico:
Supone que el sujeto se percibe y se comunica consigo mismo, en el encuentro con los otros. De esta forma, interpreta sus acciones y las de los otros, y elabora y encaja su conducta con la de los demás actuando con respecto a sí mismo. Y es por esto, que es un proceso formativo, los participantes transforman las relaciones, basándose en las redefiniciones que elaboran en cada nueva situación y contrayendo en el proceso nuevos patrones de conducta, que configuran la vida de grupo.
“La interacción humana es un proceso positivo, de configuración por derecho propio. Esto es así porque los participantes tienen que elaborar y encajar sus respectivas líneas de conducta, mediante la contante interpretación de las incesantes líneas de acción ajenas. Las interpretaciones dependen de los actos de definición de los demás, por lo que la interacción simbólica es un motos de cambios, es decir, transforma las formas de actividad conjunta que configuran la vida de grupo”. Así explica la autora las palabras de Blumer
Mead dice que hay dos formas de interacción social: La simbólica y la no simbólica. La simbólica, implica la interpretación y/o descubrimiento del significado de las acciones o comentarios ajenos. La no simbólica, es la respuesta directa que da el individuo a las acciones y gestos ajenos.
Los objeto son conceptos que señalan aquello a lo que puede hacerse referencia. Existen 3 tipos: Naturales (nube), artificiales (coche) y abstractos (justicia). La naturaleza de los objetos depende del significado y definición que le atribuyen las personas, por tanto son cambiantes.
La resolución del conflicto (individual o social), según Mead, será: a través de las reconstrucciones de las situaciones y de las modificaciones de las relaciones sociales dentro de las cuales se producen.
Ideas reseñables de esta teoría son: La capacidad del sujeto para comunicarse consigo mismo le permite: la autorreflexión, la reflexión de la intersubjetividad, la adopción del papel del otro, y la capacidad de conducirse según las actitudes de la comunidad
  • Psicoanálisis:
Cada individuo esta en contante conflicto entre su naturaleza biologica y la sociedad. Este conflicto lo vive el YO  (lo psicologico) entre el ELLO (lo biologico) y el SUPERYO (Lo cultural, la norma). El individuo no puede aceptar la fuerte renuncia que la sociedad le impone y esto lo neutraliza. Las pulsiones agresivas de hombre amenazan la sociedad, por lo que esta procura controlarlas haciendo que el hombre las internalice como SUPERYO.
El conocimiento de nuestras pulsiones  nos ayudará a reducir constantemente nuestras tendencias a la agresión de un YO primitivo, que nunca desaparecerá del todo de nosotros.
La resolución del conflicto será: mediante la palabra, de esto modo podremos conocernos a nosotros y conocer a los otros. Y por tanto será por medio por el que podremos concluir diálogos transformadores y emancipadores.
Ideas reseñables de esta teoría son: El individuo, el inconsciente, la crisis  entre biología y sociedad, las pulsiones (ello) por las cuales, el Yo, vive el conflicto con la sociedad (superyo), y la palabra como forma de autoconocerse y transformarse.
  • Teoría Crítica:
Se fundamente en la necesidad de desarrollar un análisis teórico-práctico de la realidad social que persiga objetivos de transformación de las estructuras sociales que causan alineación en los individuos (las instituciones impiden el desarrollo de la creatividad y la realización del hombre) para lograr su emancipación. Plantea un dialogo constante entre la teoría  y la práctica, y propone pensar en los fenómenos sociales según las interconexiones interdisciplinares que los integran: ética, ideología, política, economía, justicia, etc.
Esta, es una teoría de los años 60, nacida con el Movimiento de la Reconceptualización. Surge como rechazo a las teorías funcionalistas americanas (el hombre debe adaptarse a su entorno). “La función del trabajador social no debe ser la de adaptar al ser humano a un medio que es hostil, a un orden social que mantiene las situaciones de desigualdad y explotación. Ha de concebir al sujeto como productor de su propia vida”. Las estructuras sociales deshumanizan al hombre, lo instrumentalizan como fuerza de trabajo.
El objetivo de esta corriente en lograr la transformación de las estructuras socioeconómicas generadoras de los problemas de desigualdad e injusticia social. Esto debe llevarse a cabo mediante la critica reflexiva del medio social para desarrollar su emancipación.
Su dimensión metodológica hace referencia a la IAP (investigación-acción participativa) además, es también un método de análisis comprensivo e interpretativo (y por tanto, cualitativo, tratado con la objetividad que requiere la observación científica)
La resolución del conflicto vendrá determinada: por la influencia del entorno, el cambio social.
Ideas reseñables de esta teoría son: El medio es hostil y el hombre no debe adaptarse a él, análisis crítico y reflexivo, transformación de las estructuras socioeconómicas generadoras de los problemas de desigualdad e injusticia social, el sujeto como productor de su propia vida, y su metodología está basada en IAP (investigación-acción participativa).
  • Teoría de Sistemas:
Sistema de observación y análisis que nos permite ver qué papel juega cada uno dentro de un sistema y las interconexiones que se producen entre todos sus miembros.
Por otro lado, podemos definir sistema de la siguiente manera: Conjunto de elementos directa o indirectamente relacionados en una red causal, que actúa en un determinado entorno, con el fin de alcanzar objetivos comunes
En este modelo se analiza cualquier objeto o fenómeno en términos de “elementos” y de las “relaciones”. Supone abandonar la concepción lineal del mundo para comenzar a comprender éste de un modo recurrente, reticular e interconectado. “Todo es diferente a la suma de sus partes”, es decir la clave central reside en ” la organización de los componentes en relaciones sistémicas” (Walter Buckley).
Una de las claves de este enfoque es la percepción de los sistemas como los sistemas abiertos: los organismos vivos y el universo social, se caracterizan por su apertura al entorno de la cultura. Así, todo organismo vivo esta en relación permanente con su entorno sociocultural; con él intercambia energía e información. Este intercambio nos conecta con el concepto de retroalimentación.
Es debido a la retroalimentación, que la sistémica no concibe las relaciones como algo lineal y unidireccional (donde se pueda hablar de principio y de fin). Sino como circuitos de retroalimentación o cadenas causales circulares (en estos casos no hay ni principio ni fin). (Buckley)
Principios de la teoría sistémica:
-          Totalidad: Un sistema no es una simple suma de elementos, sino que posee características propias y diferentes, de los elementos aisladamente. Kurt Lewin: “un grupo no es la suma de sus partes, sino que forma un campo”.
-          Circularidad: El comportamiento de cada uno, en un sistema, forma parte de un juego complicado de implicaciones mutuas, de acciones y reacciones que se convierten en más de lo mismo, en muchos casos forman pautas repetidas de conducta, que conducen a un equilibrio estático del sistema (homeostasis). En algunos casos este equilibrio se rompe por la intervención de alguno de los participantes o de un profesional disminuyendo la tensión que de otro modo hubiese ido en escalada.
El profesional debe ayudar a comprender el significado del juego relacional, de los mensajes subyacentes y a resituar de esta forma a los autores dentro del conjunto del sistema.
Esta teoría sirve para: La orientación, observación y análisis de lo que sucede en el grupo y el ordenamiento de los datos con el fin de elaborar hipótesis.
La resolución del conflicto vendrá determinada: por comprender el significado del juego relacional, de los mensajes subyacentes y así poder resituar a sus componentes dentro del conjunto con nuevos roles.
Ideas reseñables de esta teoría son: Sistema, relaciones, elementos, totalidad, y circularidad.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Trabajo Social con grupos y pedagogía ciudadana: Cap. 1 (Teresa Zamanillo)

En su libro, Teresa Zamanillo, nos presenta un análisis riguroso del trabajo con grupos. En él, pretende sumergir al lector en la utilidad de esta metodología.
En el primer capítulo, nos presenta las bases de este modelo de intervención. Para ello, hace un repaso por las distintas conceptualizaciones con el fin de definir y enmarcar en toda su amplitud esta disciplina.
Este recorrido comienza con un encuadre desde la Sociopsicología donde desde un plano teórico nos plantea que “no somos individuos aislados” como se entiende desde algunos planos de la psicología, he aquí donde nace el paradigma de los problemas epistemológicos entre individuo y sociedad.
La autora, a través del estudio de algunos atures como son Elias, Bleger, Bateson, Morin, nos propone entender a las personas desde una concepción vincular, es decir, “toda conducta de los individuos es un vínculo con los otros, es una relación interpersonal, es un vinculo humano”. Algo que en las profesiones relacionadas con la acción social debemos tener muy presente ya que trabajamos, con individuos en relación al entorno social en el que se desenvuelven y desarrollan, y que en ocasiones dista del entorno social de la población mayoritaria. Es decir, que trabajamos con personas que están en constante intercambio con uno o más entornos sociales de forma simultánea, y que van desarrollando sus habilidades según aprenden a cubrir sus necesidades en cada uno de estos entornos de convivencia social.
Es a partir de este término, el de las “vinculaciones“, que la autora da paso a la disertación sobre Trabajo Social y Sociopsicología donde relaciona ambos elementos poniendo el acento en su utilidad. En palabras de Zamanillo,  “Es la interdependencia, entre lo individual y lo social, lo que caracteriza al trabajo social o, dicho en términos muy frecuentes, en la disciplina: el individuo en su situación”. A partir de aquí Teresa analiza el por qué de esta disciplina y para ello recurre a algunas definiciones de autores. Voy a destacar la definición de Bowers quien sostiene que el trabajo social no se aplica “solo al individuo desajustado o enfermo, sino cualquier persona cuyo ajuste a todo o a cualquier parte de su ambiente físico, social o cultural puede ser resuelto más satisfactoriamente a través de la competencia profesional”
Para definir este intercambio entre individuo y sociedad, la autora también cita la siguiente expresión de Bleger: “Las cualidades de un ser humano derivan siempre de su relación con el conjunto de las condiciones totales y reales. El conjunto de elementos , hechos, relaciones y condiciones, constituye lo que se denomina situación (…)”. Es decir, siempre tenemos que tener en cuenta el o los entornos en los que se desenvuelve el individuo para propiciar el “ajuste” con su medio. Teresa, define el termino de “ajuste”, a mi juicio de forma muy acertada, como “vinculación del individuo a su medio”.
Zamanillo, a través de Mary Richmond, nos propone una clasificación de los tipos de intervención profesional que considero muy interesante, aun que igual no lo veo tanto como una clasificación de intervenciones sino como una serie de rasgos de la intervención a tener presentes:
  • “Comprensión de la individualidad y de las características personales”
  • “Comprensión de los recursos, peligros e influencias  del medio social”
  • “Acción directa de la mentalidad de asistente social sobre su cliente”
  • “Acción indirecta ejercida sobre el medio social”
A partir de aquí la autora nos presenta un análisis de la relación profesional con los destinatarios, para ello vuelve a recurrir al estudio de los diferentes autores que se ha pronunciado en este aspecto (case work). Presentaré un breve repaso sobre la ideas que más me han llamado la atención:
De mano de la literatura psicoanalítica, Zamanillo nos dice que “para que la persona pueda hacer frente a su deterioro, precisa de un modelo que le sirva de referencia, papel que deberá ser interpretado por el TS, (…) además de la acción indirecta que debe ejercer sobre el ambiente  del individuo para que éste pueda emprender su camino de adaptación”.
Hamilton opina que “(…)mediante consejo directo e influencias terapéuticas, y aligerando las presiones del medio ambiente, hace posible la modificación de actitudes y del comportamiento. (…) ahora bien la relación tiene por finalidad ser útil al cliente; por tanto el TS deberá conocerse a sí mismo para evitar caer en actitudes moralistas o coercitivas y para no proyectar sus propias dificultades”
Perlman, quién usa de referencia para su tesis la relación materno-filiar nos dice que este tipo de relación “debe apoyarse en un propósito reconocido por ambos participantes y que debe contener un elemento de autoridad basado en los conocimientos que el profesional posee y en el aprecio y respeto que muestra al individuo”.
Sin embargo todas esta posiciones parten del ajuste del individuo a su entorno y como más adelante nos muestra Teresa en este capítulo, el objetivo de esta disciplina fue reformulado desde el movimiento latinoamericano llamado “movimiento de la reconceptualización” donde se expone el problema de adaptar o ajustar al individuo a una situación socialmente injusta. En relación a esto Ander-Egg cita que “La función del trabajador social no puede ser la de adaptar al hombre a un medio que muchas veces es hostil, a un orden social que mantiene situaciones de desigualdad y explotación”.
Esto es una evidencia en mi trabajo, un poblado chabolista en la periferia de Madrid formado exclusivamente por un mismo tipo de población inmigrante, un microsistema donde se pueden ver los juegos de poder. Un entorno deprimido, que funciona con un reglamento interno en el que se puede apreciar como su propio sistema se retroalimenta y mantienen las posiciones de poder y sumisión. Y a su vez, esta población se ve discriminada por la sociedad mayoritaria y su sistema de clases, clases, que desde el colegio ya se hace evidentes a través de conductas como el bulling.
Como resultado de ambos movimientos, la autora, recurre a Ralp Dahrendorf quién nos propone el concepto de “oportunidades vitales”. “Son una función de interrelación entre opciones y ligaduras. Las opciones son las ocasiones o direcciones entre las que el individuo puede caminar, merceda su posición social (…). Las ligaduras vienen a recordar al individuo sus límites”.
Dicho de otro modo, este concepto nos plantea que somos libres, en parte y esclavos, en parte. Nos propone el juego entre nuestras limitaciones y las oportunidades de cambio, y cómo moviéndonos entre estos parámetros podemos cambiar de situación o de realidad, podemos evolucionar y crear cosas nuevas. “Las ligaduras determinan el elemento del sentido y de la integración, mientras que las oportunidades acentúan el objetivo y el horizonte de la acción”. Y es justo aquí, a mi juicio, donde se realiza el trabajo de intervención social. Un agentes de intervención social, ya sea educador, trabajador, etc. debe saber identificar tanto las oportunidades como las limitaciones y valerse de ellas para que las personas encuentre su propio camino de evolución y cambio.
El siguiente punto de análisis de la autora, es el grupo. Para ello, nos muestra un recorrido por las principales conceptualizaciones. Que sistematiza a través de tres aéreas de análisis: las teorías psicológicas, donde nos muestra los inicios de la teoría de grupos a través del psicoanálisis; teorías de la interdependencia, donde profundiza en los tipos de relaciones que en él se establecen; y el grupo como sistema, donde nos aporta una visión del grupo dinámica
Como ya hemos mencionado, el primer punto sobre el que se detiene para dar forma a la conceptualización de grupo son las primeras teorías psicológicas de grupo. Estas tiene sus inicios en el psicoanálisis. Freud abre la veda a partir de la siguiente reflexión: “La relación del individuo con sus padre y hermanos, con su objeto de amor, con su maestro y con su médico, vale decir, que todos los vínculos que han sido hasta ahora asignados (…) tienen derecho a reclamar que se les considere fenómenos sociales”.
Y a partir de aquí considero importante destacar la aportación de Todorv, quién sostiene que “el individuo vive en primer lugar en su propio cuerpo, pero que solo comienza a existir ante la mirada del otro. Así, la relación como los demás no es algo instrumental o un medio para procurarse placeres (…), sino la meta por la cual perseguíos asegurarnos de nuestra existencia”. Con esto, se rompe la dicotomía entre individuo y sociedad. Nos permite darnos cuenta de que somos al mismo tiempo seres individuales que para vivir y mostrarnos al mundo o incluso, para vernos a nosotros mismos, requerimos de los otros. Los otros nos hacen de espejo y de este modo podemos vernos a nosotros mismos. Otro análisis que me gustaría rescatar de este mismo autor es, el de las necesidades sociales. Todorov nos dice que las necesidades sociales no pueden ser asemejadas a las necesidades biológicas, ya que supondría entender a las personas con las que nos relacionamos, como “cosas” y las cosas, no puede confirmarnos nuestra existencia mientras que las relaciones con los otros sí.
En cuanto a las teorías de la interdependencia, la Zamanillo, comienza este apartado citándonos la definición de grupo de Fiedler, con la que yo comulgo: “Por esta noción (grupo) entendemos generalmente un conjunto de individuos que comparten un destino común, es decir que son interdependientes en el sentido de que un hecho que afecta a uno de los miembros es probable que afecte a todos”.
Por otro lado, también considero importante destacar la “Teoría de la Sintalidad Grupal”de Casttell, ya que en ella profundiza sobre el grupo como elemento en sí mismo con vida propia. Esta teoría gira en torno a 3 conceptos:
  • Sintalidad: “Personalidad de grupo”. Es todo efecto que produce el grupo como totalidad. Es decir, es la energía que convierte al grupo en una entidad con vida.
  • Sinergia: Total de la energía que cada individuo aporta para conseguir las actividades de mantenimiento del grupo y consecución de sus objetivos
  • Sinergia de mantenimiento: Parte de la siinergia invertida en resolver las tensiones y establecer la cohesión grupal. Es necesaria para dar vida al grupo.
Este concepto me parece muy importante ya que nos aclara que un grupo no es sus partes, ni la suma de las mismas. Un grupo es en sí mismo un elemento vivo. Cada grupo es deferente y único, del mismo modo que no hay dos personas iguales.
Esto está muy relacionado con el siguiente área  que analiza Teresa para darnos una visión de conjunto sobre el grupo, el grupo como sistema. Podemos adentraros en este enfoque citando la hipótesis de Kurt Lewin sobre “el grupo como un todo, cuyas propiedades son diferentes son diferentes de la suma de las partes; el grupo y su ambiente constituyen un campo social dinámico, cuyos principales elementos son los subgrupos, los miembros, lanales de comunicación, barreras, roles, etc. Si se modifica un elemento, se modifica la estructura de conjunto”.
En este punto podemos resaltar dos ideas que matizan o amplían esta hipótesis. Por un lado, que el grupo es un elemento dinámico que pasa por diferentes fases desde su construcción, cohesión… hasta su desaparición. Y por otro, que además es un conjunto de elementos relacionados entre sí, que persiguen unos objetivos determinados y que la naturaleza de sus interacciones es consistente durante un periodo prolongado de tiempo.
Otro aspecto a tener en cuenta como nos dice la autora a la hora de trabajar con grupos es “la identidad personal”. El proceso de identidad comienza por la asimilación de la identificaciones en la infancia y según nos vamos desarrollado se torna en una selección de patrones, creencias y roles que nos ayudan a cubrir nuestras necesidades. Por lo tanto, la interacción con los grupos nos ayuda en este desarrollo y que se verá reforzado o censurado en función de su aceptación. En palabras de Erikson, “la identidad se desarrolla en la interacción con el grupo y la aceptación de éste por parte del mismo”.
Goffman define la identidad personal como “el sentimiento subjetivo de su propia situación, continuidad y forma de ser alcanzada por un individuo como resultado de las diversas experiencias sociales por la que atraviesa”. Y Teresa Zamanillo define identidad social como “los signos portadores de información que al encontramos con un extraño, nos resultan accesibles y que recibimos de un modo rutinario”. Ambas definiciones están muy relacionada y son interdependientes entre sí. En función de la formación nuestra identidad personal emitiremos una identidad social. Pero si le damos una vuelta más, en función de la aceptación que tenga esta identidad social (como nos decía antes Erickson) se matizara y formará nuestra identidad personal.
Esto, resulta muy evidente en el trabajo con adolescentes en situaciones graves de exclusión social residentes en un poblado chabolista. Su identidad se forma en base a las relaciones que establecen con su grupo de iguales. Si su comportamiento cumpliese con los cánones establecidos por la sociedad mayoritaria serán rechazados por los miembros de su comunidad. Y mientras repliquen los patrones de los miembros de su comunidad, serán rechazados por la sociedad mayoritaria.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Trabajo Social de grupo: Grupos socioterapéuticos y socioeducativos (Teresa Rossell Poch)

Teresa Rossell nos presenta “Trabajo Social de grupo:  Grupos socioterapéuticos y socioeducativos”, un artículo completísimo, en el que hace un repaso histórico sobre la intervención con grupos además, de un análisis exhaustivo donde profundiza todos los aspectos que rodean a este tipo de intervención: tipos de intervención grupal, hipótesis, finalidades, objetivos, criterios organizativos que se deben tener en cuenta, fenómenos que los afectan y función del trabajador social como dinamizador o guía de estos procesos.
Antes de comenzar, creo que es importante destacar que aun que Teresa habla en todo momento de la figura del Trabajador Social como agente de intervención con grupos, en la actualidad, son muchas las figuras que ejercen este rol en la sociedad: educadores sociales, psicólogos, animadores socioculturales, integradores sociales, dinamizadores, voluntarios, terapeutas, etc.
Comenzaremos este síntesis del articulo de Teresa R. definiendo qué es el trabajo con grupos, para ello nos apoyaremos en la definición que nos aporto G Konopka en 1963:  “método de trabajo social que ayuda a los individuos a mejorar su funcionamiento social a través de experiencias constructivas de grupo y a enfrentarse con sus problemas personales, de grupo y de comunidad”.
Las primeras experiencias en el trabajo con grupos nacieron a partir de la práctica en EEUU y fue este, el germen que más tarde daría lugar aun método de trabajo profesional sustentado en referentes teóricos de peso. Fue a partir de que estas prácticas se fueran sistematizando que se establecieron finalidades comunes, criterios de organización, valores comunes y métodos para la conducción de grupos que le confirieron su carácter profesional y permitieron que se establecieran sus bases teóricas. Método de trabajo que no llego a Europa hasta los años 60.
En nuestro país, en 1995 (Bilbao), se realizaron las Jornadas Nacionales de Trabajo Social y Salud, donde se actualizaron y clasificaron las tipologías de trabajo con grupos todavía hoy aceptadas:
  1. Grupos socioterapéuticos: Sirven para trabajar sobre aquellos aspectos que producen sufrimiento y/o les impiden desarrollar sus capacidades, afectos, relaciones y responsabilidades sociales. Busca el desarrollo de las capacidades para enfrentarse consigo mismo y con el entorno.
  2. Grupos socioeducativos: Se dirigen al desarrollo y adquisición de habilidades, comportamientos y funciones que por distintas causas no forman parte del repertorio comportamental de los miembros. Es decir, de sus habilidades sociales. Pueden representar un progreso personal o bien, evitar un proceso de deterioro y marginación.
  3. Grupos de acción social: Su finalidad es conseguir objetivos sociales. Van más allá del beneficio que puedan conseguir los propios individuos que constituyen el grupo.
  4. Grupos de ayuda mutua: Se caracterizan por la no participación de profesionales. Ofrecen a sus miembros apoyo mutuo para “conllevar” o “superar” situaciones que les afectan.
Teresa Rossell nos muestra que entre las hipótesis más aceptadas, que sirven para asentar las bases de los referentes teóricos que fundamentan el trabajo en grupo, podemos encontrar las siguientes:
  • La estructurante experiencia de grupo puede ayudar a los participantes.
  • la pertenencia a un grupo cuyos miembros tienen necesidades similares puede facilitar la identificación y el apoyo mutuo.
  • Las diferentes actitudes, conocimientos o estilos de vida pueden ser una referencia para cada miembro y motivo de cambio. Las actitudes y comportamientos pueden modificarse con mayor facilidad.
  • Favorece el sentimiento de pertenencia asi como el desarrollo de relaciones sociales.
  • La pertenencia a un grupo y su ambiente contenedor permite la expresión de sentimientos.
  • Cada miembro con su presencia y participación pueden ser fuente de ayuda para los demás.
  • Los cambios que se producen a través de él tienden a ser más consistentes.
A partir de las hipótesis planteadas sobre los beneficios que proporciona un grupo a sus participantes se establecen las finalidades. Estas serán concretas para cada tipo de grupo. Sin embargo, todos los grupos comparten en común la finalidad de dirigirse a potenciar a los miembros en su capacidades. Es decir, ampliar los horizontes de de las personas del grupo.  Para ello, se trabajará a través de objetivos específicos generales a todos los grupos y que Teresa R. nos enumera a partir de varios autores. En esta recensión expondremos los propuestos por N. Kisneman:
  1. Restauración de las relaciones sociales
  2. Provisión de los recursos sociales y personales
  3. Prevención de los problemas relacionados con las interacción social
En cuanto a los criterios organizativos que se deben tener en cuenta con el trajo en grupos, Rossell analiza los siguientes aspectos:
  • Características de los miembros: Debe tenerse en cuenta si va dirigido a un público en concreto limitado por la edad, sexo, etnia, cultura o circunstancias personales
  • Tamaño del grupo y apertura del mismo: Teresa nos propones como numero idóneo para la intervención entre 6 y 12 participantes y nos aporta los siguientes rasgos a analizar en cuanto a su formación en número:  No debe ser tan pequeños que los miembros no puedan aprender unos de otros. ni tan grande que sea difícil mantener una atención del conjunto y se produzcan subgrupos difíciles de manejar, debe determinarse si serán siempre los mismos participantes o si estará abierto a otros  nuevos.
  • Duración y frecuencia: Este rasgo estará estrechamente relacionado con los objetivos particulares del grupo.
  • Técnicas de grupo: En este punto Rossell Poch distingue en tres tipologías diferentes de intervención: Técnicas directivas (El profesional dinamiza el grupo con el fin de conseguir determinados efectos), técnicas no directivas (permite la libre expresión y el profesional conduce el proceso a partir de los fenómenos que en el se producen), técnicas semidirectivas (El grupo introduce su programa de actividades a realizar y es a través de esto que se canaliza la dinámica del grupo para la consecución de sus objetivos).
  • Evaluación: Deben plantearse como resultados para cada miembro en términos de mejora, resultados del grupo en termino de objetivos, y resultados del proceso metodológico seguido.
Teresa en su artículo también nos muestra algunos fenómenos grupales a los que el trabajador social debe prestar especial atención: 1. Debe estar preparado para la expresión de sentimientos, dificultades, dudas, emociones, actitudes, etc. 2. Debe favorecer las dos tareas en paralelo que deberá ir ejecutando el grupo, la tarea de crecimiento y desarrollo grupal y la de consecución de los objetivos. 3. También deberá tener cuidado con los reclamos y situaciones de dependencia que puedan darse o pretenderse en el grupo. 4. Por último, debe prestar atención a las fases de vida grupal por las que ira atravesando el grupo.
Para terminar con su exposición, Teresa Rossell, analiza las funciones que tendrá el del trabajador social de cara al grupo:
  1. Ayudar al grupo a conseguir sus objetivos
  2. Conducir el grupo y no sucumbir a la presión del mismo que tratara de convertirle en un miembro más para eludir el esfuerzo del trabajo.
  3. Debe facilitar la integración de los participantes
  4. Ayudar a superar los conflictos que se producen entre los individuos y en el grupo.
  5. Mantener su posición de líder o conductor en los grupos socioterapéuticos y socioeducativos y saber retirarse cuando aparecen nuevos líderes en los grupos de acción social.
  6. Debe valorar la asistencia y la participación, el esfuerzo de los miembros del grupo, debe reforzar el autoestima, la solidaridad, y la responsabilidad sus vidas y en el grupo.
Este texto nos nuestra un recorrido exhaustivo sobre el trabajo con grupos. La autora ha logrado sintetizar en su artículo todos los detalles que han dado forma a este método de trabajo, siendo clara y concisa, y situándonos desde los parámetros más históricos a los aspectos más puramente metodológicos, pragmáticos, que sirven de guía y orientación para cualquier profesional que desee trabajar desde este modo.